La Cúrcuma

Desde hace siglos, las medicinas herbarias tradicionales de los países asiáticos han considerado la cúrcuma un remedio eficaz para el tratamiento de la inflamación y el dolor provocados por la artritis.

Bien, a raiz de una serie de hallazgos, como los del doctor Bharat, se puso en marcha una intensa labor investigadora universitaria, tanto en la India como en otros países para intentar desentrañar los mecanismos por los que esta especia logra reducir la inflamación.

Este investigador y su equipo comprobaron primero que la actividad antiinflamatoria de la cúrcuma se debe esencialmente a la curcumina, que logra modular el metabolismo del ácido araquidónico y inhibe según los informes vías inflamatorias.

El harpagofito (garra del diablo)

Es una planta con sorprendentes efectos antiinflamatorios. Procede del sur de África, crece bien en climas similares y se cosecha por su enorme tubérculo de color ocre. Una vez desecado, se tritura en pequeños fragmentos y entonces emana un penetrante aroma amargo.

Hoy en día es junto con la cúrcuma la planta medicinal más eficaz que se conoce en el tratamiento de los procesos reumáticos e inflamatorios.

Se ha comprobado que sus beneficios sobre la salud se deben, más que a una acción analgésica central, a que la actividad conjunta de sus principios activos (haroagósido, entre otros) favorece respuestas musculares sensitivas y vasculares positivas, lo cual es muy útil para personas de edad avanzada.